Y cae
al suelo
del cielo
el manto
que guarda
la tibia esperanza
del regreso.
Para que el nuevo día amanezca a la vida
distinto a los demás
y que llegue el nuevo mundo:
el del amor y la piedad.
Y se cumplirán las promesas
de volvernos a encontrar.
Y esta vez para siempre.
No hay que esperar más.
Para nunca marcharte
así regresarás.
El manto guarda la tibieza.
Prometida la piedad está
para todos los que esperan
desde siempre y sin dudar.
Para cerrar el ciclo de los tiempos
para abrazar la viva eternidad
regresarán los padres a los hijos
y así todos se reunirán.
El susurro del viento
la voz traerá.
En silencio aguardando
al viento hablar.