Recién nacido y ya me asfixia el tiempo,
Y es que no hay calma que me venga bien.
Son las postales de un verano ciego,
Las que me atemorizan una y otra vez.
La duda hace de mí este hombre cierto.
Que nada sabe y todo hace mal.
Pero este miedo no me paraliza, no.
Y es más la risa que la sensación de vacío.
Cretinizado por los días, vida,
Ya nada inquieta a este esqueleto gris.
Va siendo hora, vida, que decida.
Qué nuevo miedo quiero para mí.
Esquivando a los otros, el miedo vino a mí.
Y el terror de estar solo, me alejó de mil cosas que amaba.
Y ahora estoy, surfeando en esta situación.
Ni bien ni mal, será que todo ya es igual.
Me estoy convirtiendo en este idiota al
que siempre odié.