Tras su exitoso debut en 2018, regresa a Lucille este sábado para desplegar la propuesta nacida desde Andrea Prodan junto a Alejandro y Diego Kurz (El Bordo); Guido Pérez Fantini; Martín Luchina y Daniel Digón. También participan un número variable de artistas invitados, que incluyen a Sergio Dawi en saxo y coristas femeninas.
“Nos parece que la obra de Bowie es tan variada, tan desbordante de búsqueda, tan vanguardista, que merece ser representada con todo el entusiasmo y la intensidad que los verdaderos ‘fans’ han siempre valorado y amado”, destacan los protagonistas a través de las redes.
En entrevista exclusiva con Rock.com.ar, Andrea Prodan abre sus puertas y corazón para ahondar en la propuesta que inició como una “Carta de Amor” al artista.
Una propuesta sumamente interesante y que, a su vez, implica un gran desafío.
Andrea Prodan: Sí, la realidad es que somos todos fanáticos de Bowie y fue una conexión de ganas de tocar al mejor solista del planeta.
¿Vos estás desde el inicio?
Sí. La propuesta surgió conmigo a raíz de una vuelta que fui a ver a Adrian Belew, el mítico guitarrista que en una época tocó con Bowie. Resultó que vino a Buenos Aires para hacer una celebración y me voló la peluca. Cuando volví a mi casita en Traslasierra, como un pendejo de 16 años que vio el primer show de su vida, me dije: Tengo que armar una banda que toque temas de Bowie.
Yo soy fan desde los siete años y en Italia, con mi hermano Luca, escuchábamos los primeros discos. Imaginate que me contacté con los hermanos Kurtz, a los que conocí hace doce años atrás ensayando en la misma sala y tocando temas de Bowie. En aquél momento empecé a cantar y nos hicimos amigos, fue como una conexión automática. Me acordé de ellos y los llamé para proponerles armar una banda grosa, bien hecha y con mucho corazón. Les copó la idea y fuimos buscando al resto de los músicos.
Ahora tenemos a esta Bowie ReMembered que realmente es un espectáculo cosmopolita internacional, porque no lo siento atado un solo país. Yo soy escocés/italiano y canto en inglés porque es mi idioma del rock. El hecho de poder hacerlo con buenos músicos de acá es un lujo y una pasión.
¿Cuál es el criterio al momento de hacer una selección dentro de esa enorme y variada discografía?
AP: ¡Buena pregunta! La cosa tuvo que empezar de algún lado y yo mandé una lista de quince temas que consideraba fundamentales abarcar. Los chicos empezaron a ensayar mientras estaba en Traslasierra y, para cuando tenían cocinadas las bases, llegué a Buenos Aires. Notamos de entrada que la propuesta iba a ser muy buena.
Además de los temas conocidos, hay otros que están escondidos entre los discos y son más como fetichistas. La cuestión es que pudimos englobarlos y cruzar varias épocas dentro de nuestro show. Además, tenemos un tema maravilloso, “Valentine’s day”, que Bowie nunca pudo hacer en vivo y es muy loco para mí cantarlo. Lo siento como una forma de devolver un regalo.
Hemos salido de las versiones originales e incluimos las nuestras transformadas. Este va a ser el tercer show en Lucille y nos gusta mucho a nivel escenográfico. Además suena bárbaro y creo que cuando estás en un lugar de esas características no da cambiarlo por algo que no conocés. El año próximo veremos, y la idea es llevarlo por el interior. Ya hemos tocado en Rosario y estuvo tremendo, pero es un show que necesita un soporte elevado y la calidad tiene que estar.
Para la gente que aún no los vio en vivo, ¿qué podés adelantarles de la fecha de este sábado?
AP: Es una invitación a gozar de la magia de Bowie y, por otro lado, contamos con coristas femeninas que mantienen esa capacidad de cruzar los géneros musicales y físicos que tenía. En esta época empieza a ser casi representativo de la humanidad.
Además hay una escenografía muy linda con proyecciones de Dolores Casares, una de las artistas plásticas más grosas de la Argentina, y viene Tito Fargo (ex Redondos y Hurlingham Reggae Band) a tocar la guitarra. También esperamos a Sergio Dawi con su saxo, que para nosotros es un lujo.
Siento que el mismo Bowie aprobaría esto por la caradurez y la calidad que podemos dar. Es algo muy lindo y lo digo desde el fondo de mi corazón.