Los Aldana demostraron que Obras no les queda chico, ni por capacidad ni por performance.
Luciendo mi carnet Punkie de la post-guerra (léase Ramones en sus primeros “Loco Lives Tours” o Attaque 77 allá por el Teatro Pueyrredon) fui a dar con la presentación del disco “Espejismos” de El Otro Yo en Obras Sanitarias.
Para comenzar a desperdigar las salvas de este relato, debo puntualizar que EOY es muy de mi agrado, es decir, el MUY hace referencia puntualmente; no sólo a que los considero renovadores del género, sino que agregando calificativos porque sí, los hallo realmente vanguardistas.
Paladines del culto under, esta banda, cuya base fáctica y corpórea tiene su raíz en los multifacéticos Aldana Teens Not Dead, que junto al tremendísimo Ray Fajardo hacen las delicias de esta generación punkie argenta, y porque no, degeneración pasada (léase… cronista vetusto).
EOY en escena suele ser motivo de un porraso en el cuore, golpeando con tenacidad al espectador (en su mayoría adolescente) con viejos y nuevos remiendos hiteros, subiéndose, a fuerza de canción pura y cristalina, al bastardeado podio de los merodeadores del éxito; por donde suelen pulular innobles (o Noble’s) cantidades de productos descartables, afligiendo la góndola o agudizando el ojo para detectar a los Only Consumibles.
Un repertorio acertado que acercó momentos de inicio de la mano de Licuadora Mutiladora, que replica con intervención delfinística que EOY aplica en general en sus canciones formateando el rígido gargantal con sendos gritos geniales; modelo que se repetirá a lo largo de varias de las mejores entonaciones.
Que salto en punta ensaladeando a esta altura clásicos (Calles, La música) con nuevas promesas del mentado “Espejismos” (Ola Salvaje, Auto-Destrucción).
Que se permitió invitados de lujo (Ciro de Attaque, entre otros) y partiendo al medio el convite, dio rienda suelta a una piñata de hermosas canciones de la talla de Violet, Olvidar, o la increible por sencilla Mañana de Otoño en envase acústico, estética Space Invaders incluída.
Por supuesto, el Enola Gay de la noche surtió efecto con un popurrí de hits (Corta el pasto, La Tetona, Los Pajaros, Sexo en el elevador, Hola Papa y Zumbido) y un cierre Hiroshi-místico junto al a esta altura cuasi emotival en comprimidos, No me Importa Morir y el infaltable Alegria para terminar de volar pelucas de cierre Besotico con Mascota Sistema.
Un notable y sano espíritu de paz con nuestra princesita Aldana, más hadita que nunca, con un Big Brother Aldana, desquiciado tal cual esperábamos, y una ajustada redención otroyoística que deguste a mis anchas.
10 aurelianos con bautismo incluido.