Se cumplen quince años de la masacre que marcó una generación. La respuesta desde lavaca fue escuchar: hicimos un libro. Comenzamos a producirlo esa misma semana. Desde la primera movilización y durante varios meses acompañamos las asambleas. Nos interesaba especialmente escuchar a los chicos y chicas, los llamados “sobrevivientes”. En los medios comerciales la voz de Cromañón eran los padres. En nuestro libro, son los jóvenes. Es esa generación. Lo compartimos aquí libre en PDF, con las fotos de entonces del colectivo Sub.
El libro estuvo listo para el primer aniversario. Gran parte de la tirada se destinó al movimiento, que realizó la primera venta en Plaza de Mayo. Para lavaca fue una experiencia intensa y aleccionadora, que está resumida en la frase de apertura que escuchamos el primer día: “Lo que nos pasó es lo que somos”. Qué significaba esa frase fue el motor que encendió esta producción que compartimos aquí para su libre circulación.
Acá se puede descargar el libro completo, en formato .pdf
Por qué
Este libro comenzó como un remedio contra la impotencia. Enfrentados –una vez más- a una madre narrando el asesinato de su hijo no supimos encontrar otro consuelo que el de proponernos hacer lo único que sabemos hacer: escuchar.
Desde entonces hasta hoy seguimos aquel impulso iniciado a ciegas. Con convicción, pero sin rumbo. Guiados sólo por una fase que pronunciamos aquel enero sin imaginar cuáles serían las consecuencias:
-Dejémonos llevar por Julián
Julián es apenas una de las 194 vidas que fueron arrasadas esa noche en Cromañón y la elección de ir detrás de su huella es apenas una de las 194 formas de contar esta historia: la nuestra.
Sabemos, porque queda en claro en cada una de las marchas que todos los días 30 recorre la ciudad, que cada vida representa una red de vínculos que estas muertes ponen en evidencia.
Ninguno es más importante que otro.
Todos son diferentes.
Y juntos, cobran la potencia que esta historia revela.
Julián nos ayudó a cruzar el umbral de lo siniestro y nos sacó a empujones de su propia biografía personal. Nos plantó, inmediatamente, en un territorio diferente desde el cual poder observar aquello que es obvio, pero no siempre somos capaces de descubrir: cuánto sabemos y cuánto nos falta aprender.
Sabemos que en Argentina una masacre como la de Cromañón puede generar, de inmediato, una respuesta espontáneamente organizada.
Que hay mecanismos que se activan contra la impunidad, así como hay otros que se reconstruyen para consagrarla.
Que la primera respuesta de las víctimas fue la movilización.
Que la primera respuesta del Estado fue la represión. Y luego dividir, no ya para reinar sino para desviar ese potente grito sin autor que dirigió la bronca y el dolor hacia una instancia clave: el decadente estado de las instituciones democráticas en Argentina.
Contemplamos, después, las formas en que se iban tejiendo y reagrupando las estrategias para organizarse. Compartimos charlas y asambleas, reuniones y confesiones. Vimos así un día cómo un abuelo escuchaba atento los intercambios de ideas de sus nietos y amigos para organizar un festival de rock y cómo ese mismo abuelo corría, otro día, detrás de sus nietos y amigos, frente a Tribunales, cuando la justicia liberó a los victimarios y la policía descargó su furia contra las víctimas. Escuchamos a chicas contarnos su historia detrás de la máscara de oxígeno y las escuchamos, otro día, batir el parche de un redoblante rodeadas de una multitud, rumbo a Plaza de Mayo. Escuchamos a chicos que trabajan 14 horas por día en oficios inverosímiles para poder sobrevivir, y los escuchamos luego cantar sus sueños frente a la Pirámide de Mayo.
Vimos y escuchamos muchas cosas más para entender un poco mejor cómo es el mundo, visto desde esos ojos asombrados.
Y de todo lo vivido, elegimos estos testimonios con la convicción de que serán leídos como nosotros los sentimos.
En más de un sentido, esta experiencia nos ha dejado más preguntas que certezas.
Nuestro propósito, entonces, es sembrarlas.
Finalmente, este libro será útil si con cada página nace una pregunta que abra una posibilidad de escuchar la respuesta de esa generación que ya sabe lo que significó Cromañón.