El cuarteto nacional presenta “Ataraxia – Principio de realidad”, una obra conceptual que se divide en dos partes.
En 2007 Laika lanza su primer EP “Seis canciones” y tres años más tarde, su primer disco “Venimos en son de fa”. Ambos de la mano de Leo Fucci en producción. Una década después de una ardua búsqueda de formación, acompaña nuevamente a Laika; estabilizada en la voz, composición y segunda guitarra de Leticia Monge; con arreglos y primera guitarra de Juan Etchepare; el bajo de Gabriel Di Leva; y la base original a cargo de Gustavo Sánchez León.
“La agenda” es el primer corte de difusión que se desprende de “Ataraxia – Principio de realidad” y nos sumerge en una despedida posmoderna. Donde los humanos quedan como contactos con fotos de perfiles que ya no existen. Son agendados con distintos nombres y pasan a ser eso: en la N de nadie los que no son. La vida es una sucesión de búsquedas hasta que aparece la persona que va a la A de amor real.
Para este último material en conjunto, Laika plantea la búsqueda de un equilibrio sereno, un principio desde ahí, emociones humanas y que ninguna nos voltee. Un disco que pasea por distintos estados, todo es un momento más, y la realidad es tanto ideal como concreta, pies en la tierra para empezar algo nuevo.
¿En qué momento se encuentra Laika?
Leticia Monge: Laika acaba de lanzar un disco (doble EP) y actualmente preparamos la presentación online, que va a ser en formato Live Session. Además, tenemos dos proyectos: uno audiovisual (nos preparamos para la filmación del primer videoclip del corte “La agenda”); y a nivel musical, nos gustaría grabar unas canciones que quedaron afuera del disco para incluirlas con los lanzamientos en formato maxi singles.
¿Cómo vivieron el proceso compositivo de esta primera parte de la obra que están presentando?
Distinto a todo. El disco ya estaba listo para grabar a principios de marzo de 2020 y terminó convirtiéndose en otra obra a partir de nuestros encuentros por Zoom y las interminables horas en casa. El mismo incluye la temática de la nueva normalidad (“Otra realidad”), la búsqueda de identidad (“La dirección correcta”), las relaciones digitales (“La agenda” y “Luna llena… pero te clavaron el visto”). A su vez, cobró mucha más relevancia el nombre “Ataraxia” en un momento donde todos nos vimos atravesados por procesos fuertes de introspección y autoconocimiento.
¿De qué manera se reflejó en el estudio?
Entramos a grabar en enero de 2021 con todo el equipaje: barbijos, distanciamiento y límite de personas por sala. Algo totalmente irreal, pero a la vez muy agradecidos de tener la posibilidad de hacerlo, viniendo de un año con tanta restricción y encierro. Llevamos adelante el proceso en burbujas y escuchando todo a través de auriculares. Con lo cual la dinámica fue muy particular. Creemos que, en este sentido, va a ser irrepetible.
¿Por qué decidieron segmentarla en dos partes?
Ante todo, soy de Géminis, y mis composiciones suelen estar marcadas por lo dual. Pero en este caso era muy notorio que había dos corrientes internas: una más bien potente, optimista y lumínica que llama a ser mejores, o simplemente a ser uno mismo. A su vez, hay otros temas que tienen un sonido más áspero y temáticas más oscuras. Naturalmente, decantaron hacia el lado “alegre” las canciones up-tempo, y hacia el de la “realidad” las que tienen un tinte de balada o rock.
¿Tres palabras que representen “Ataraxia – Principio de realidad”?
Filosofía, pop rock, internet.
¿Cuál fue la búsqueda sonora?
La idea era encontrar y plasmar nuestra identidad como banda. Es el primer trabajo que hacemos los cuatro juntos y el objetivo fue mostrar cada artista con sus elementos: una batería versátil y moderna; un bajo que viene del jazz y el funk; una guitarra principal más rockera y clásica; y la composición general mía, que está marcada por el pop rock con destellos de otras galaxias lejanas, como el city pop o el country.
¿Cómo es el vivo del proyecto?
Recientemente incorporamos el formato íntegro por línea, incluso la batería electrónica, lo que nos da la posibilidad de tener un manejo y registro del sonido muy detallado y jugar más con efectos distintos de los que veníamos manejando. Sin embargo, no abandonamos ni dejamos de extrañar el “viento” del amplificador; así que, dependiendo del ambiente, tenemos la posibilidad de adecuarnos para que la experiencia musical sea lo más interesante posible.
¿Qué se viene para lo que resta del 2021?
En lo inminente, la presentación del disco en formato de Live Session, y lo siguiente es llevarlo a todas partes. Queremos que circule, reencontrarnos con las hermosas almas que nos hacían el aguante hace unos años coreando el estribillo de “Corazón (disculpen las molestias)” y esperamos que este nuevo trabajo les resuene también. Que nos acompañen en este recorrido y en los que todavía quedan por imaginar.